Por: Arieto Gonzáles.
Presiento que es esta
mi última noche
en el Edén.
Pero antes de que el reloj dé las trece
antes de que ya no soporte
el peso de mis pestañas
debes saber:
cada noche
combino nuestros nombres
saborea mi recuerdo
el aroma de tus efélides.
Tus brazos me hacen sentir
fuera de este bizcocho solar
tu voz: lluvia un jueves por la noche
tu natilla
tus fresas
tú
melocotón
chocolate caliente en la tormenta
contigo quiero
amelcochar mi mano
comer labios
perder juntos nuestras estrellas
contando ojos en el cielo.
...
Solo me hubiera gustado
dormir contigo
en la copa de un árbol
sobre la luz de Saturno
mientras soñamos lo mismo
después de la amapola habitual
al menos
una noche en la vida.
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